Esa misma semana, agentes de la Ertzaintza detuvieron a un hombre de 74 años como supuesto autor del disparo. Se trata de un policía nacional jubilado que quedó en libertad provisional a la espera de juicio. El juez le imputa un delito de tenencia ilícita de armas y munición pero, a falta de completar la instrucción, no apreció tentativa de homicidio o atentado, en línea con la investigación policial que considera inverosímil semejante intención en un disparo a 400 metros de distancia del objetivo.
El agente jubilado reside en la zona, cerca de la vivienda que recibió el disparo. En uno de los registros realizados por la Ertzaintza se encontraron en su casa una treintena de armas cortas y largas, la mayoría de las cuales estaban inutilizadas o en mal estado de conservación. También guardaba munición y proyectiles de artillería, todos inutilizados y carentes de peligro, según los especialistas de la Unidad de Desactivación de la Ertzaintza que retiraron los artefactos.
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