Ataques a partidos

Durante la semana han proseguido los ataques con pintadas y sabotajes a las sedes de partidos políticos ligadas a la huelga de hambre del preso Patxi Ruiz. Hasta el momento se contabilizan 27 (22 en Vizcaya) contra el PNV, 10 contra el PSE-EE, tres contra Podemos y una contra un local de Sortu en Bilbao. El día 22, siete encapuchados detuvieron y atacaron en Azpeitia un autobús del servicio de Lurraldebus, en cuyos laterales hicieron pintadas de apoyo al preso Patxi Ruiz.

Dos día más tarde un comunicado del EPPK, enviado a los diarios digitales Naiz y Berria, "reconoce y agradece" las iniciativas políticas en defensa de los derechos de personas presas  y menciona el caso del preso Patxi Ruiz. El comunicado asegura que los miembros del EPPK en la prisión de Murcia II trataron de ayudarle desde el primer momento pero consideran que "un determinado sector" de Euskal Herria ha utilizado el caso para "atacar" a Sare, EH Bildu y Sortu. "En lugar de buscar una manera eficaz para ayudar a un preso que se encuentra en una situación grave, lo más fácil es atacar al EPPK y, en general, a la izquierda abertzale", critica.

El colectivo ATA (Amnistía ta Askatasuna) acusó al EPPK de tener miedo a "perder la hegemonía en la calle". "No aceptaremos ataques de ese estilo en la dura situación que estamos viviendo, y menos de parte de quienes no piensan más que en la elecciones", subrayan en una nota hecha pública el sábado 30.

Incidentes en Pamplona

Varios altercados se registran por la tarde en la plaza del Castillo de Pamplona durante la concentración de unas 750 personas en apoyo al preso Patxi Ruiz. Una persona fue detenida, aunque luego fue puesta en libertad de madrugada tras realizarse las diligencias previas.

Los concentrados, convocada a través de las redes sociales a las 20:30 horas, portaban carteles con el mensaje 'Patxi SOS'. Durante el transcurso de la protesta, algunas personas que se encontraban en las terrazas increparon a los concentrados, lo que dio lugar a momentos de tensión y al lanzamiento de varios objetos, lo que motivó la intervención de la Policía Nacional y Policía Foral que cargó contra los participantes en la movilización.

Además, algunas de las personas que participaban en la concentración intentaron acceder al Paseo Sarasate donde se celebraba una protesta ante la sede del PSN, que tampoco estaba autorizada, en contra del Gobierno central. Los agentes les impidieron el paso con el objetivo de que no se produjeran incidentes.

Huelga de hambre

El preso navarro Patxi Ruíz inicia una huelga de hambre y sed en el centro penitenciario Murcia II. Según los datos ofrecidos por Euskadi Irratia, el preso recibió amenazas por parte de los funcionarios de la prisión, las cuáles han impulsado su protesta. Sin embargo, los funcionarios le acusan de promover movilizaciones contra la situación provocada por la COVID-19. El día 16 el Movimiento Pro Amnistía y Contra la Represión informa de que el preso Mikel San Sebastián, que se encuentra en la misma cárcel, inició también una huelga de hambre indefinida en solidaridad con Ruiz.

Ruiz fue expulsado de ETA en 2017 después de tachar de «liquidacionistas» a los dirigentes de la izquierda abertzale por apostar exclusivamente por las vías políticas.

En los siguientes días se llevaron a cabo diferentes protestas y concentraciones para denunciar la situación del preso y además desconocidos realizaron pintadas de “asesinos” y “carceleros” en sedes del PNV, PSE y Elkarrekin Podemos. Un muñeco ahorcado con un trapo con los colores de la bandera de España apareció en Urkabustaiz (Álava) y el día 14 dos personas lanzaron dos artefactos incendiarios contra un cajero automático de una sucursal del BBK en Ea (Vizcaya). Una pintada hacía referencia al preso Patxi Ruiz, al que calificaba como "gudari". Siete personas que dormían en los dos pisos superiores fueron desalojadas a consecuencia del incendio.

Además, varios desconocidos arrojaron pintura roja en la puerta de la casa de la candidata del PSE a lehendakari, Idoia Mendia, y lanzaron octavillas en la que llamaban asesinos a Idoia y a su partido.

El día 21, el médico de la prisión de Murcia II consideró que Ruiz Romero tenía que ser atendido un especialista, por lo que se pidió autorización al juez de guardia de Mula, que autorizó su salida a un centro sanitario para la valoración de su salud y tratamiento. En el hospital le suministraron suero y recibió la visita de su madre. El preso comunicó a su madre que dejaría la huelga de sed pero que continuaría con la de hambre. Tras solicitar el alta voluntaria, fue trasladado de nuevo a prisión al día siguiente, donde quedó ingresado en la enfermería del centro penitenciario.