martes, 11 de marzo de 1997

Asesinado funcionario de prisiones

Francisco Javier Gómez Elosegui (37 años, nacido en León, casado con María del Carmen Merino, una hija (Irene), funcionario de prisiones y psicólogo de la cárcel de Martutene, afiliado a ELA-STV) había salido de su domicilio, en el barrio de Gros (San Sebastián), para dirigirse a su trabajo. Francisco Javier llevaba apenas seis meses viviendo en el número 17 de la calle José María Soroa. Cuando apenas había recorrido 100 metros, dos terroristas, una chica y un chico, se acercaron a él. El chico, encapuchado y con gafas, disparó al psicólogo un tiro mortal en la cabeza, tras lo cual los etarras emprendieron la huida. Justo en la acera de enfrente, en el Bar Soroa, se encontraban tres policías de paisano. Cuando vieron pasar a una persona encapuchada, salieron del establecimiento y, antes de que pudieran reaccionar, vieron cómo disparaban a Gómez Elosegui. Inmediatamente dieron el alto a los terroristas y echaron a correr detrás de ellos, mientras el psicólogo yacía malherido en el suelo. Durante la persecución por varias calles de Gros, se produjo un intercambio de disparos entre los policías nacionales y los dos etarras. Finalmente, uno de los policías nacionales se abalanzó sobre Fernando Elejalde Tapia en la calle José Arana y logró reducirlo. Los otros dos terroristas se cree fueron Oihane Errazkin y Francisco Javier García Gaztelu. La policía busca a la novia de Elejalde y  sospecha que fue ella la que limpió el piso de Urnieta después de enterarse de que su novio había sido capturado.

Oihane Errazquin Galdós, también tiene una causa abierta en el Juzgado Central de Instrucción número 4 por la colocación de una bomba en 22 de julio de 1996 en San Sebastián en los bajos del coche del agente de la Policía Nacional Alfredo Machado Pires, quien resultó con graves lesiones.

Los policías de la Brigada de Información que estaban en el bar llevaban más de un mes controlando la plaza del Txofre, en el barrio de Gros, ya que tenían “un soplo” y querían interceptar al ‘comando Donosti’ mientras captaba nuevos miembros.

El fallecido, además de ejercer como único psicólogo de la cárcel de Martutene, era corresponsable del curso de Formación de Becarios del Cuerpo Técnico y Ayudantes de Instituciones Penitenciarias impartido por el Instituto de Criminología de San Sebastián. Según fuentes sindicales, el psicólogo de Martutene fue el cerebro de ELA que participó en la redacción del documento sobre el acercamiento de los presos que este sindicato y LAB presentaron ante la comisión de Derechos Humanos del Parlamento vasco en diciembre de 1996. Elosegi formaba parte de la Asociación Vasca de Psicoterapia Dinámica y Sistemática, en la que, junto con otros siete profesionales, ofrecía asistencia a los afectados por la violencia en el País Vasco.

La dirección de ETA ordenó al comando Donostia atentar contra el funcionario a finales del verano pasado, según declaraciones efectuadas a la policía por el detenido. La pistola de fabricación belga con la que fue asesinado Górnez Elósegui fue utilizada en el asesinato, el pasado 30 de enero, del vendedor de bicicletas Eugenio Olaciregui. Elejalde reconoció que fueron los miembros del "comando Donosti"-García Gaztelu, Irantzu Gallastegi y José Luis Geresta- quienes le habían entregado la pistola FN.

Elejalde denuncio haber sido torturado durante su paso por las dependencias policiales. Según el parte medico del hospital de Aránzazu, al que fue trasladado a las 48 horas de su detención. Presentaba roturas de las apófisis transversas izquierdas de las cuatro primeras vertebras lumbares, heridas que se pudieron producir mientras huía al hacer un movimiento brusco para evitar ser atropellado de lleno por un coche, pero se había golpeado con un vehículo en movimiento. También tenía perforación del tímpano.

Las sospechas de torturas forzaron la comparecencia en el Congreso del ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja. El caso quedó archivado por el Juzgado de Instrucción número 2 de San Sebastián en enero de 1998. La Audiencia Provincial ratificó el archivo en dos ocasiones.

Elejalde fue condenado por el crimen a 37 años de cárcel. En 1998, fue condenado a otros 15 años por la colocación en julio de 1996 de una bomba-lapa en el coche del cocinero del cuartel de la Policía en Aldapeta (San Sebastián), Albino Alfredo Machado, quien resultó gravemente herido.