Agentes de la Policía Foral y del Cuerpo Nacional de Policía se presentan sobre las 4.30 horas de la madrugada en el Palacio Marqués de Rozalejo, en Pamplona, por orden del Juzgado de Instrucción número 4 de Pamplona con el fin de que los técnicos del Servicio de Patrimonio del Gobierno de Navarra inspeccionaran el estado del edificio. El lugar aloja el "gaztetxe" Maravillas y esta actuación desde el primer momento fue calificada de "desalojo encubierto" por los okupas.
Simpatizantes de estos grupos comenzaron horas más tarde a cortar el tráfico de algunas de las arterias más importantes de la ciudad. Una protesta convocada esa tarde en Pamplona en contra de la actuación concluyó con incidentes y cargas policiales en el casco viejo de la capital.
Los dos días siguientes se repitieron los incidentes y se pintaron dianas con las siglas de PNV y UPN.
El día 10, los manifestantes portaban imágenes de las heridas de los manifestantes en las refriegas anteriores (pelotazos y porrazos) y gritaban “Maravillas aurrera”. También se coreaba “que se vayan, se vayan, se vayan; que se vayan de una puta vez...”, mientras había lanzamiento de petardos, lo que provoca la primera carga de la policía autonómica. Hubo vuelco de dos contenedores de vidrio y se usaron rejillas del alcantarillado para golpear diversos establecimientos y el palacio tapiado.
Un grupo de comerciantes y hosteleros de la plaza Navarrería y sus aledaños realizaron una rueda de prensa improvisada en la calle para afirmar que denunciarán por vía judicial "las pérdidas económicas y la situación de excepcionalidad" por el dispositivo policial desplegado en la zona. En su opinión, "en sólo tres días de operativo policial se están causando más daños, sin duda, que los que pudiera haber provocado la juventud del barrio reclamando un espacio autogestionado en el mismo".
No hay comentarios:
Publicar un comentario