Miembros de ETA colocan tres granadas en tubos
lanzadores en las inmediaciones del cuartel de Inchaurrondo, en las afueras de San
Sebastián. Una de ellas es disparada poco antes de las ocho de la mañana
pero no alcanza el cuartel; poco después agentes de la Guardia Civil y
Ertzaintza se desplazan hasta el lugar del lanzamiento momento en el que estalla
una trampa-bomba y quizá una de las granadas causando diez heridos: nueve
guardias civiles, tres ertzainas y cuatro policías nacionales. Una tercera
granada fue detonada de modo controlado una hora más tarde. Dos de los
hospitalizados -un guardia civil y un ertzaina (Iñaki Irigoien)- sufrieron
heridas muy graves.
Por este atentado fueron condenados a 77 años de cárcel los
etarras del "comando Erezuma" Echezarreta, Makazaga y Carrasco.
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