lunes, 8 de septiembre de 1997

Atentado fallido contra PP

El alcalde José María Gómez Muñoz y el concejal de Urbanismo, Francisco Robles, del municipio malagueño de Rincón de la Victoria, ambos pertenecientes al Partido Popular, salvaron sus vidas cuando vecinos del pueblo descubrieron accidentalmente los artefactos explosivos colocados por terroristas de ETA en los bajos de sus automóviles. Al observar que unos objetos sospechosos colgaban de los vehículos de los responsables municipales, alertaron a las Fuerzas de Seguridad, que procedieron a realizar explosiones controladas de las bombas. 
La primera bomba fue localizada en el vehículo del concejal, charcutero de profesión, en su furgoneta de reparto, una "Nissan Vanette". Rocío, una cajera de un supermercado, vio como “dos cajas de caudales pegadas a la rueda delantera izquierda con cinta adhesiva marrón”. La zona quedó acordonada y un robot desactivador fue dirigido hacia el artefacto; nada más tocar el paquete, la bomba hizo explosión y destruyó la parte delantera de la furgoneta, causó daños a otros dos coches y dejó inservible el robot. La bomba debió de ser colocada después de la 1:30 de la madrugada.
La segunda bomba estaba colocada en la Urbanización Cotomar, en los bajos del "Ford Escort" del alcalde, que había comprado el coche hacía sólo un mes pero esa mañana decidió utilizar el coche antiguo. A las 13.50, se procedió a la voladura controlada del coche, que quedó totalmente destruido. El marido alertó a su mujer Adela que no usara el coche tras conocer lo sucedido al concejal, justo cuando iba a utilizarlo junto a sus tres hijos menores. Debido a ello, la mujer sufrió estrés postraumático.

Al parecer, ya el 18 de agosto de 1997 un comando de tres etarras siguió a José María Gómez desde Lanjarón (Granada) a Rincón de la Victoria (Málaga) con intención de secuestrarle.

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