martes, 3 de junio de 1997

Atentado frustado

ETA prosigue su campaña contra los funcionarios de Instituciones Penitenciarias. Francisco Camacho García, de 44 años, destinado en la cárcel de Granada, salvó la vida gracias a descubrir a tiempo una fiambrera con explosivos oculta bajo el asiento de su coche. La Policía logró explosionar la bomba tras tres detonaciones. 

Asier Ormazábal Liceaga fue condenado por la Audiencia Nacional a 18 años de prisión por la colocación del artefacto. Ormazábal estaba integrado en el “comando Andalucía” junto a José Luis Barrios Martín, que también fue condenado a la misma pena por estos hechos. Entre las 20,30 horas del 2 de junio y las 9 horas del día 3, "mientras Ormazábal vigilaba, Barrios colocó el explosivo bajo el asiento del conductor" del vehículo propiedad del funcionario de prisiones, que estaba aparcado en las calle Fermín Garrido de Granada, según explica la sentencia. El artefacto estaba compuesto por un kilo y medio de cloratita, con "la suficiente potencia para causarle la muerte". El explosivo incendió el vehículo cuando los técnicos trataban de desactivarlo. La policía cree también estuvo implicado Francisco Javier Gallaga Ruiz. El funcionario padece importantes secuelas, con trastornos nerviosos y depresivos, que determinaron su jubilación por incapacidad absoluta.

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