Stylianos Messinezis, un ex preso de 49 años, de nacionalidad griega, pero nacido en Etiopía, se presenta en el cuartel de la Policía Local de Benifaió (Valencia), tras apuñalar a su hija de casi tres años. El hombre, que fue trasladado a las dependencias de la Guardia Civil, era la pareja de la etarra Sara Majarenas y madre de la niña, que cumple condena en la prisión valenciana de Picassent.
La madre de la niña gestó a la menor en prisión, donde conoció al padre. La niña vivía con su progenitora y pasaba los fines de semana con su padre fuera del recinto penitenciario. Los investigadores barajan como uno de los posibles móviles del suceso la custodia de la niña que, según la ley, no puede residir en prisión a partir de los tres años.
El detenido ingresó en prisión acusado de un delito de asesinato en grado de tentativa, producido, al parecer, en el marco de un proceso de separación conyugal. La niña iba a ir a vivir con los abuelos maternos a San Sebastíán en dos meses.
Majarenas Ibarreta, detenida en abril de 2005 en Valencia, fue condenada a 13 años de prisión por los delitos de integración en organización terrorista, falsedad en documento oficial con finalidad terrorista y tenencia ilícita de armas; fue absuelta del delito de tenencia de explosivos con finalidad terrorista al haberse anulado el registro de la habitación donde se hospedaba junto a Mikel Orbegozo, donde los agentes hallaron los explosivos para cometer de modo inminente un atentado en la Comunidad Valenciana.
El juez de Vigilancia Penitenciaria de la Audiencia Nacional, José Luis Castro, dictaminó en marzo de 2017 su paso al segundo grado y su traslado al centro de la fundación Padre Garralda-Horizontes Abiertos, en Madrid, dependiente del centro penitenciario de Aranjuez para que pudiera convivir con su hija Izar, al cumplir el 2 de marzo su tercer aniversario, por lo que no podía seguir viviendo con su madre en la prisión.
Por este motivo, el juez decidió otorgar el segundo grado penitenciario a Sara Majarenas y su traslado al centro de acogida de Madrid, después de que la etarra presentara un escrito en el que mostraba su arrepentimiento y reconocía el daño causado por su actividad en la organización terrorista.
El 9 de abril de 2018, Majarenas quedó en libertad.
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