Un potente coche-bomba (Renault
Clio, robado en Angulema, Francia, el 8 de septiembre), con unos 100 kilos de
explosivo, estalla a primeras horas de la madrugada en el barrio de Salburua de
Vitoria, en las inmediaciones de la emblemática sede central de Caja
Vital. Un comunicante en nombre de ETA alertó una hora antes de la explosión de
la colocación del explosivo, que causó grandes daños. El coche permaneció
aparcado 8 horas antes de estallar. Los daños ascienden a 6,5 millones de
euros.
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Alrededor de las 4:30 de la madrugada, dos etarras estacionan un coche (Peugeot
307) en las inmediaciones de la comisaría de la Ertzaintza en Ondárroa
(Guipúzcoa) y lanzan dos artefactos incendiarios con el fin de que salgan los
agentes. Poco después estalla el coche “Peugeot 307” (robado en el
departamento de Aveyron, Francia, el 14 de septiembre) en el que había una
potente bomba de unos 100 kilos y causa grandes daños en el edificio. Una joven de 15 años resultó herida grave y 17 heridos leves (trece ertzainas).
Por este atentado fueron condenados a 299 años de prisión a cada uno de los dos autores conocidos: Ibon Iparragirre y Asier Badiola. La sección segunda de la Audiencia condenó a cada uno de los dos terroristas a 221 años de cárcel por intentar asesinar a trece ertzainas; otros 60 años por intentar matar a los civiles, así como a 18 años por un delito de estragos terroristas, ya que el atentado causó daños a 85 vehículos y 425 viviendas de la localidad.
Por este atentado fueron condenados a 299 años de prisión a cada uno de los dos autores conocidos: Ibon Iparragirre y Asier Badiola. La sección segunda de la Audiencia condenó a cada uno de los dos terroristas a 221 años de cárcel por intentar asesinar a trece ertzainas; otros 60 años por intentar matar a los civiles, así como a 18 años por un delito de estragos terroristas, ya que el atentado causó daños a 85 vehículos y 425 viviendas de la localidad.
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