viernes, 5 de diciembre de 1997

Herido un escolta

José María Lobato Femia, de 27 años, escolta de la concejal donostiarra del PP Elena Azpiroz, recibe en la cabeza un disparo de escopeta cargada con cartuchos de caza que le causaron la pérdida de la visión en el ojo izquierdo. Los terroristas abandonaron en su huida un coche con tres kilos de explosivos junto a una escuela y una residencia de ancianos.
Lobato trabajaba desde hacía seis meses en la empresa de seguridad privada "Vinsa" y acudió a identificar a dos sospechosos que merodeaban enfrente de la vivienda de la concejal. Según su relato, en el atentado participaron varios terroristas, unos desde un coche y otros fuera del vehículo, y el disparo que le hirió fue hecho desde el interior del automóvil. Los agresores huyeron del lugar sobre las 9:15 en un coche.
A las 9.35, el automóvil, un "Ford Escort" de color blanco, saltaba por los aires en el barrio de Eguia, a unos dos kilómetros del lugar de los disparos. Los tres kilos de explosivos -conectados a un temporizador y colocados bajo uno de los asientos delanteros- arrancaron el techo del vehículo y lo dejaron destruido. El coche había sido robado en San Sebastlán el pasado mes de octubre.
En 2002, la Audiencia Nacional condenó a 38 años de prisión al etarra Sebastián Lasa Mendiaraz por el intento de asesinato.
En junio de 2009, Francisco Javier García Gaztelu, "Txapote", fue condenado a 29 años de cárcel por estos hechos. La sentencia declara probado que "Txapote" integraba el "comando Donosti" de ETA junto a su compañera Iranztu Gallastegi, Sebastián Lasa y José Luis Gueresta, cuando decidieron "dar muerte" a Azpiroz.
En un principio idearon colocar un artefacto explosivo en una motocicleta que dejarían aparcada a la salida del domicilio de la concejal, pero, al fallar el mecanismo "durante las pruebas realizadas al efecto", optaron por otro plan.
El nuevo atentado iba a consistir en disparar a la víctima con un rifle de mira telescópica cuando saliera de su casa.

.- Un grupo de desconocidos prende fuego en un cajero automático de una sede de Banesto en Pamplona, provocando importantes daños.

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