jueves, 10 de julio de 1997

Secuestro y asesinato de un concejal del PP

Sobre las 15:30 horas, el concejal del Partido Popular en Ermua Miguel Ángel Blanco Garrido (29 años, economista) es abordado cuando bajaba del tren para acudir a su lugar de trabajo, la empresa Eman Consulting en Éibar. Un “comando” formado por Francisco Javier García Gaztelu, alias «Txapote», Irantzu Gallastegui Sodupe, «Amaia», y José Luis Geresta Mujika, lo secuestraron y se lo llevaron en un coche. Ibon Muñoa, que trabajaba con Miguel Ángel, fue el encargado de recopilar la información necesaria para realizar el secuestro. A las 18:30 horas, una llamada telefónica en nombre de ETA pide el acercamiento de los presos de ETA a cárceles del País Vasco, diciendo que si antes de las 16 horas del sábado, día 12, el Gobierno, presidido por José María Aznar, no llevaba a cabo el acercamiento de los presos, matarían a Blanco. Miguel Angel Blanco se afilió a Nuevas Generaciones del Partido Popular País Vasco en 1995 y figuró como número tres en las listas del PP en las elecciones municipales de mayo de ese año, logrando su acta de concejal. El concejal fue retenido maniatado en algún lugar aún desconocido (algunas fuentes hablan de una bajera en Añorga) y el día 12 lo trasladaron a un descampado en el término de Lasarte-Oria (Guipúzcoa). Gaztelu le disparó dos veces en la cabeza sobre las 16:50, pero no murió en el acto. El pequeño calibre utilizado (un 22) explica que los proyectiles quedaran alojados dentro de la cabeza de la víctima. Dos hombres que caminaban por el campo descubrieron al concejal aún con vida y fue trasladado a la Residencia Sanitaria de Nuestra Señora de Aránzazu, pero falleció a las 5:00 horas del 13 de julio. El cazador que lo encontró iba acompañado por un joven y fueron corriendo a casa. Llamaron al 088, el número habilitado para dar pistas sobre el paradero de Miguel Ángel, y dieron el aviso. «Pensamos que podía ser el chico que estaban buscando (...). llevaba la ropa que decían los medios de comunicación y la forma de ser coincidía (...). Cuando llegaron los de la Cruz Roja le dieron la vuelta y le pusieron en una camilla. Entonces vi que tenía las manos atadas por delante, la cara completamente amarilla y un ojo morado».

La pistola ya había sido utilizada en el ataque por ETA a un funcionario de prisiones el 16 de abril de 1997 en Rentería. La primera bala se alojó en el hueso mastoideo, detrás del pabellón auricular derecho. El segundo disparo impactó en la zona occipital, en el centro de la nuca.

Tal y como reconoció años después uno de los cómplices del crimen, los etarras quisieron secuestrar a Miguel Ángel el día de antes en Éibar. La idea inicial era retenerle cuando se dirigiera al trabajo, pero aquel día el concejal cambió su camino habitual y no le vieron aparecer. Aplazaron el secuestro para el día siguiente.

En la noche del 12 al 13 hubo diversos ataques contra herriko tabernas y sedes de Herri Batasuna. Al día siguiente se repitieron los ataques. Esa misma tarde, el alcalde de Ermua, Carlos Totorika, evita el incendio de la sede batasuna en su municipio cuando unos manifestantes furiosos se congregan a la puerta. La gente se abraza a los ertzainas y éstos se quitan el verduguillo y muestran sus rostros.


El asesinato de Miguel Ángel Blanco supuso una importante movilización en contra de ETA y Herri Batasuna. Antes de su asesinato, hubo manifestaciones y concentraciones en muchas ciudades de toda España, en especial en Madrid, Ermua, San Sebastián y Vitoria. En Sevilla, Málaga y Barcelona también se concentró la gente pidiendo su puesta en libertad. Tras su muerte se acuñó el término espíritu de Ermua y hubo una agitación social en dos frentes: en la propia izquierda abertzale (militantes y ex militantes de ETA mostraron su rechazo) y en la sociedad vasca comenzó un auge de los movimientos pacifistas y contra el nacionalismo radical excluyente, con la creación, por ejemplo, del Foro de Ermua.

El 30 de junio de 2006, se juzgó a los responsables, «Txapote» y «Nora» —Mujika se había suicidado dos años después del asesinato—, y se los condenó a 50 años de prisión, por el secuestro y asesinato del concejal. Tienen dos hijos (concebidos en distintos vis a vis). Ibon Muñoa fue condenado a 33 años de prisión y salió en libertad en octubre de 2020.

En 2011, la familia de Miguel Ángel Blanco decidió trasladar su cuerpo a Galicia debido a la profanación frecuente de su tumba por parte de simpatizantes de ETA.

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