El funcionario de prisiones Juan José Baeza González viajó en tren desde el apeadero de Martutene hasta la estación de Rentería (Guipúzcoa). Cuando estaba llegando a su casa se dio cuenta de que dos jóvenes en actitud sospechosa avanzaban hacia él. Intentó apartarse, pero uno de ellos le disparó y alcanzó en el cuello. El funcionario echó a correr hacia su casa, y los terroristas realizaron otros siete disparos, que no alcanzaron a Baeza. Padre de tres hijos, militante del PSOE y afiliado de UGT, Baeza (46 años) trabajaba en la prisión de Martutene, en San Sebastián.
Una de las armas utilizadas se empleó en el asesinato de Fernando Múgica en 1996. La otra era de calibre 22, algo poco frecuente.
El etarra Kepa Etxebarria Sagarzazu y su compañero huyeron en un ciclomotor que el primero utilizaba en su trabajo como mensajero. El vehículo, dos jerseys y dos cascos, con huellas de Etxebarria fueron encontrados a los pocos días en la localidad de Lezo, a escasos dos kilómetros del atentado. Por ello fue condenado a 18 años de prisión en el año 2000.
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