El semanario francés "Le Point" publica un reportaje en el que afirma que una parte de las armas y material explosivo que ETA entregó el 8 de abril de 2017 en Bayona (Francia) fueron robadas por unos policías «aficionados a las armas» que las almacenaron de forma clandestina. Las armas estaban almacenadas en un depósito del centro de Arras, especializado en la neutralización de explosivos.
Un artificiero de la Policía habría transferido las armas a su comandante que las almacenó en un almacén prefabricado que había habilitado como arsenal clandestino con armas de todo tipo que había ido sustrayendo. Las armas no fueron destruidas según el protocolo.
Una fuente anónima fue la que puso sobre la pista a la Policía Judicial de Lille y a la IGPN, encargada de asuntos internos de la policía. La investigación empezó en setiembre del año pasado, cuando se destapó la existencia de ese arsenal policial, nutrido en buena parte a partir del desarme de ETA. Los policías asumieron la acusación de "desvío de materiales precintados", con lo que evitaron que se les acusara de tráfico de armas. El agente se encuentra de baja desde que se pusiera en marcha la investigación y apartado de sus funciones.
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