Un guarda forestal descubre en una zona boscosa
de Saint Julien en Born (Las Landas, Francia) los restos de un
"Peugeot 405" -robado en septiembre en Bussiére Poitevine (al sur de
Poitiers)- destruido por un artefacto explosivo. Se cree que los etarras usaron
este vehículo para entrenarse en el manejo de algún tipo de lanzagranadas o
similar; se supone que los ensayos tuvieron lugar el día anterior.
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