domingo, 19 de febrero de 2017

Entrevista David Pla

Aparece en el diario "Gara" una entrevista con David Pla, designado por ETA como interlocutor para "la resolución del conflicto".
He aquí un extracto de ella:


- Yo, en cambio, creo que la clave para entender lo que está sucediendo está relacionada con el futuro. La mayoría de fuerzas políticas han abordado la nueva era con el esquema viejo del Pacto de Ajuria Enea, desde su variante más sombría, además. Desde aquella división de la sociedad impuesta por el relato de «demócratas y violentos», desde aquella política de exclusión. Y lo han hecho así porque quieren levantar un muro frente al independentismo de izquierda, para que su proyecto no pueda avanzar. Porque han llegado a la conclusión de que, con el cambio de estrategia, las oportunidades para ese proyecto político se han multiplicado.

- Y el nuevo muro es el bloqueo en la resolución. O, dicho de otro modo, el esquema de «vencedores y vencidos». Algunas veces, rechazan directamente el diálogo y el acuerdo y, otra veces, los hacen inviables, mediante condiciones que la izquierda abertzale no puede asumir. De este modo pretenden ahogar la apuesta política de la izquierda abertzale, dejándola anclada en el pasado y sin poder hacer frente a los nuevos retos.

-Lo único seguro es la decisión firme de ETA de desarmarse en el plazo de tiempo más breve posible. Aquellos que ya se han comprometido para lograr ese objetivo tienen su palabra.

- (...) se me ha hecho curioso, por ejemplo, que los argumentos que utilizan para prolongar la prisión provisional o para explicar por qué se nos deben imponer medidas excepcionales de control parecen escritos hace dos décadas. Los estados continúan con su lógica de guerra, como si nada hubiese cambiado.

- Eso sí, han adecuado la estrategia a la nueva situación. En su día, el objetivo primordial era lograr el arrepentimiento de los presos políticos vascos. Impulsaban todo aquello que propiciara la ruptura del Colectivo, intentando representar desvinculación respecto a la lucha, para perjudicar al movimiento de liberación. Con ese objetivo endurecieron las condiciones carcelarias y pusieron en marcha la dispersión, para que individualmente el chantaje fuese más eficaz. Después, además, le agregaron la política de «pérdida de esperanza» y, agudizando la legislación de excepción y utilizando las decisiones de los jueces, llevaron al extremo el periodo de encarcelamiento.

- No diría que han abandonado la política de arrepentimiento, pero creo que ahora prima otro criterio: que no se mueva nada, si no es para atrás. Combaten hasta el más mínimo avance, incluso los meramente humanitarios. ¿Por qué? Fundamentalmente porque, en la nueva situación, quieren utilizarnos como rehenes políticos, al objeto de condicionar el desarrollo de nuestro proyecto político y el futuro de Euskal Herria. Son conscientes, además, de que la sociedad vasca se identifica con una lógica de solución, por lo que cada paso que se diera se interpretaría como precedente para el siguiente, hasta completar toda la secuencia de la resolución. Por otra parte, quieren provocar desesperanza con el objetivo de alimentar dudas en el seno de la izquierda abertzale y, en la medida de lo posible, provocar división.
Así, se han parapetado tras el andamiaje jurídico de excepción construido en la fase anterior. Y, además de no progresar, dificultan enormemente la mínima solución a cada situación concreta. El ejemplo más evidente, y doloroso, es la crueldad de la que hacen gala con nuestros compañeros enfermos.

- Si el enemigo pretendía hacer chantaje a los presos para perjudicar a la lucha de liberación, el Colectivo, por encima de todos los ataques, fijó como objetivo resistir firmemente. Por ejemplo, estableció sus normas internas en función de esa realidad. El Colectivo tuvo que hacer frente a situaciones muy duras, pero ganó la batalla política puesto que la política de arrepentimiento ha cosechado muy pocos logros. En todo caso, se podría decir que todo ello estaba ligado a la lógica de confrontación armada.
Tras la decisión de ETA de hace cinco años, en el «frente de cárceles» el reto principal es la vuelta a casa de los presos y presas. Todos pensábamos que tarde o temprano se impondría la lógica de la resolución y que la situación de los prisioneros y las prisioneras tendría otro desarrollo. Pero el Estado se ha enrocado para mantener el proceso de liberación encadenado a ese bloqueo. Ahora la izquierda abertzale, y también el Colectivo, deben responder a esa nueva situación. Y es lógico pensar que, de la misma forma que en su día se respondió al chantaje desde la resistencia, toca ahora responder al bloqueo propiciando nuevos movimientos y abriendo nuevas posibilidades. Siempre junto con el pueblo.

- (...) hay que decir con honestidad que no existen fórmulas mágicas. Lo que está claro es que debemos dar la batalla como pueblo y que, para ello, hay que acumular y movilizar todas las fuerzas posibles. Tanto aquellas que comulgan con la trayectoria y proyecto político de la izquierda abertzale como aquellas otras que tienen procedencias y proyectos políticos distintos. Tanto aquellas que hacen suyo el objetivo de la vuelta a casa de todos los presos como aquellas otras que se quedan aún en pasos intermedios.
Además, la movilización popular no debe mover solo a los estados, sino también a los representantes políticos e institucionales vascos. Aunque dicen estar en contra de la política penitenciaria vigente, el compromiso mostrado hasta ahora ha sido ciertamente discreto en muchos casos. Con un amplio consenso, la confrontación respecto a la actuación de los estados sería más eficaz.
Y junto con ello, se debe seguir desgastando la posición de los estados en todos los terrenos. Crear contradicciones, también en ese ámbito jurídico que tienen tan amarrado.

- Como dijimos hace un año, la izquierda abertzale se encontraba inmersa en una crisis política profunda. Tras abrir el nuevo ciclo político, mediante la resolución “Zutik Euskal Herria”, primero, y la decisión de ETA, después, no estábamos acertando en aprovechar las oportunidades abiertas por todo aquello, lo que obligaba a analizar el devenir de los últimos años y repensar el esquema político. El proceso Abian posibilitó hacerlo.
Se podría decir que los procesos específicos de cada organización tienen como objeto adecuar los instrumentos para este nuevo esfuerzo al objeto de dar otro impulso a la estrategia de la izquierda abertzale. Están siendo ejercicios realmente importantes, como demuestra el hecho de que se hable de refundación de la izquierda abertzale. De ahí en adelante, tendría que llegar el tercer paso; esto es, el desarrollo del conjunto de la línea renovada, con la iniciativa independentista como eje.


- ¿También ETA va a realizar su propio ejercicio de reflexión?
Sí. Se prevé un proceso de reflexión entre toda la militancia de ETA a partir de primavera.
La izquierda abertzale, y también ETA, han dicho más de una vez que el eje central debiera ser el proceso como pueblo, el proceso independentista.
La propia izquierda abertzale quedaría renqueante ya que, sin avanzar en su principal quehacer, estaría totalmente perdida. Porque la izquierda abertzale no es una fuerza política convencional, que de alguna forma puede vivir en la inercia de la mera gestión de la política diaria. Nacimos para ganar, para desterrar toda opresión, y con esa ambición y tensión hay que encarar el futuro.
Hace ya dos o tres años, nos lo recordaban diferentes compañeros que estaban presos. Que no nos quedáramos bloqueados en la resolución del conflicto, en el intento de abrir un nuevo tiempo de negociación o en la lucha por liberar a los presos. Que lo importante era seguir en el proceso de liberación y que todo lo demás se debía colocar en función de ello.

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