Una llamada anónima alerta poco después de las diez de la noche de un
accidente en el puerto de Herrera, cerca de Samaniego (Álava), al lado
del límite con la provincia de Logroño. Al lugar acude un vehículo de la Ertzaintza con dos
agentes y son recibidos de modo precipitado con disparos de escopeta y pistola
por al menos dos etarras; los agentes repelen la agresión y muere uno de los
atacantes, Arkaitz
Otazua Aboitiz
(24 años, detenido en la manifestación antiglobalización celebrada en
Biarritz). Uno de los agentes resulta herido grave (G. E. G.) y el otro (J. J. L. I.) menos grave. A pesar de que el vehículo policial
presentaba 11 orificios de bala y el chaleco de uno de los agentes siete, los
dos 'ertzainas' lograron sobrevivir. No obstante, sufrieron heridas por arma de
fuego que les dejaron secuelas físicas y psicológicas que les provocaron
incapacidad absoluta para volver a trabajar.
La
Ertzaintza identificó al etarra huido como Asier
Mardones Esteban (23 años), al que se cree
acompañaba Josune Oña Ispizua (27 años) y Urtzi Gainza. En el lugar de los hechos se
encontró un "Fiat uno" -robado a punta de pistola horas antes en
Lagrán (Álava)- y cerca del lugar estaban atados a un árbol un matrimonio
propietario de este coche. Los etarras planificaron el atentado en un piso de
Entrena (Logroño) que fue registrado por la Guardia Civil y la Ertzaintza.
El día 30
de septiembre la Guardia
Civil localizó en Torremontalbo (Rioja) el coche
propiedad de la madre de Arkaitz Otazua en el que quizá huyeron los etarras.
Asier fue condenado a 74 años de cárcel y Josune a 69. Urtzi Gainza fue
absuelto por falta de pruebas.
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