Atentado frustrado contra dirigentes del Partido
Popular del País Vasco en el cementerio de Zarauz (Guipúzcoa). Los
terroristas colocaron una maceta con un artefacto explosivo junto a una tumba
cercana a la del concejal José Ignacio Iruretagoyena (asesinado en enero de
1998) con el fin de hacerla estallar sobre las doce de la mañana en el momento
en que se realizara una ofrenda floral en su memoria. La bomba fue activada
mediante un teléfono portátil pero un fallo en el detonador impidió su
activación por lo que ETA efectuó dos llamadas por la tarde para avisar de la
existencia del explosivo. La
Ertzaintza detonó el artefacto hacia las 20 horas, causando
daños en centenares de tumbas (15 panteones resultaron con graves desperfectos,
entre ellos el del concejal asesinado).
La policía cree que la autora fue
Ainhoa García Montero, a la que ayudaron Oskarbi Jáuregui e Ibon Fernández.
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