lunes, 2 de diciembre de 2019

Política penitenciaria

Desde que en junio de 2018 Pedro Sánchez llegara a La Moncloa y defendiera un cambio en la política penitenciaria, según cifras oficiales se ha trasladado a cárceles próximas al País Vasco-Navarra a 31 presos de ETA y se ha concedido, al menos, 28 segundos grados. Un total de 24 etarras han sido puestos en libertad, en su mayoría por cumplimiento de condena, dos por enfermedad grave. Cuando Sánchez fue investido como presidente, el número de reclusos de ETA que se hallaban en prisión era de 233. En la actualidad, la cifra es de 221, de los que el 85% son hombres. La tendencia a la baja será una constante a corto plazo. 

A alrededor de setenta presos les quedarían menos de cinco años para terminar sus condenas y de ellos, a una veintena, menos de dos. Al menos 28 internos de la banda han progresado a segundo grado, buena parte de ellos entre los meses de febrero y abril. Si en verano de 2018 eran 28 los reclusos de la banda que se encontraban en segundo grado -203 estaban en primero, el más restrictivo-, a principios de marzo la cifra ascendía ya a 48. A día de hoy son 56. Según los datos del Observatorio de Política Penitenciaria de la AVT, no hay ningún preso de ETA en tercer grado. 

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