Agentes
de la policía francesa detienen en una vivienda de Ciboure al etarra Peio Alvarez Saleta (30 años, padece un cáncer en fase
avanzada) acusado de formar parte del “aparato de acogida” de ETA. Fue puesto
en libertad dos días después.
El Tribunal de Pau autorizó su entrega a España
condicionada a su recuperación de una intervención quirúrgica. Un juez español
decretó su puesta en libertad en junio de 2007.
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