A las 11 de la mañana estalla un
coche-bomba (Peugeot 307 blanco, aparcado poco después de las 8 de la mañana)
en el campus de la
Universidad de Navarra (privada, vinculada al Opus Dei), en Pamplona,
causando importantes daños materiales. El coche había sido robado 12 horas
antes en Zumaya (Guipúzcoa) y una llamada anónima en nombre de ETA alertó de la
colocación en la
Universidad una hora antes, pero sin mencionar en qué ciudad.
Hubo 27 heridos leves (dos estuvieron ingresados un día) y una veintena de
coches totalmente destrozados, además de daños en edificios cercanos. La bomba
contenía unos 50 kilos de explosivos.
Al día siguiente, fue detenido en Bilbao
un delincuente (J. M. M. G.) que había
vendido la tarjeta prepago del teléfono móvil desde el que se llamó para avisar
de la colocación del coche, si bien fue puesto en libertad días después.